VIOLETA Y LOS FRANCISCOS.

Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de la gran Viola chilensis, como la llamó su hermano Nicanor Parra, quizás la más insigne mujer nacida en nuestro largo y angosto territorio. Sufrida como toda mujer de pueblo, creativa con creces, doliente con las miserias humanas, chispeante y de una agudeza impresionante, sus metáforas han iluminado no sólo a Chile sino que al mundo. Incomprendida en su momento se llevó al mundo por delante y dió a conocer su arte al mundo. Reconocida en su grandeza sólo después de su trágico suicidio. Autora de la canción más universalmente reconocida que expresa su agradecimiento al sentido y al milagro de la vida. GRACIAS VIOLETA QUE NOS DISTE TANTO.
Coincide hoy en el santoral católico con el día en que se recuerda a Francisco de Asís, figura señera del milenio recién acabado, un adelantado a su época que fue capaz de sentir la fraternidad que une a todas las formas de existencia y que nos llamó a priorizar a los últimos, a los desheredados de la tierra, a los sufrientes y a solidarizarnos en forma real con ellos, viviendo de forma más austera, más respetuosa, fraternal y amorosa, y referida a los otros, no sólo humanos sino también todos los seres vivos.
Traigo a colación al otro Francisco, el Papa Francisco quien nos propone en su
Encíclica Laudato si':
1. Ser agradecido y practicar la gratuidad, lo que nos propuso también Violeta.
2. Educar en los diversos ámbitos. Testimoniar en cada gesto y acción lo que decimos creer.
3. Desterrar el consumismo compulsivo.
4.  Superar el egoísmo y el individualismo consumista y abrirnos hacia la otredad.
5. Vivir una conversión interior. "Reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirse de corazón, cambiar desde dentro".
Gracias a la Vida que nos has dado a Violeta Parra, a Francisco de Asís y al Papa Francisco, faros que nos señalan hacia donde tiene sentido y vale la pena caminar.

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